Coleccionar Arte para Todos los Sentidos

El arte, en su forma más tradicional, ha sido históricamente una experiencia visual. Pinturas, esculturas y fotografías nos envuelven con sus colores, formas y composiciones. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando una obra nos invita a sentir más allá de la vista, a tocar, oler, incluso escuchar? El arte multisensorial nos ofrece una experiencia más rica y profunda, donde el espectador no es solo un observador pasivo, sino un participante activo en el espacio que lo rodea.

En este artículo exploraremos cómo coleccionar arte que involucra múltiples sentidos puede cambiar por completo la forma en que percibimos y experimentamos el arte. Desde obras táctiles hasta esculturas olfativas, el arte multisensorial abre una nueva dimensión en la interacción entre la obra, el espacio y el espectador, haciéndolo más inmersivo y significativo.

1. Más Allá de la Vista: El Poder del Tacto

El sentido del tacto ha sido tradicionalmente excluido del arte visual. En museos y galerías, el «prohibido tocar» es una regla casi universal. Sin embargo, hay artistas contemporáneos que están rompiendo este tabú, creando obras que invitan al tacto, que piden ser exploradas con las manos, donde las texturas y las formas no se limitan a ser vistas, sino que se experimentan directamente a través de los dedos.

El arte táctil nos devuelve a una conexión más inmediata y física con el mundo, permitiendo que las texturas, las temperaturas y los materiales desencadenen sensaciones y emociones nuevas. Ya sea una escultura suave y envolvente o una pieza con relieves y superficies rugosas, el tacto nos ofrece un lenguaje propio que complementa lo que vemos.

Ejemplos:

  • Lygia Clark, una artista brasileña, creó obras táctiles como sus «Bichos», esculturas articuladas que el espectador puede manipular, desafiando la idea de que el arte debe ser intocable.
  • Ernesto Neto, conocido por sus instalaciones inmersivas, combina el tacto con el olfato y la interacción física, creando espacios que abrazan al espectador y lo invitan a participar con el cuerpo.

2. El Arte Olfativo: Despertar la Memoria y las Emociones

El olfato es uno de los sentidos más poderosos cuando se trata de desencadenar recuerdos y emociones. Los aromas tienen la capacidad de transportarnos instantáneamente a otro lugar o momento en el tiempo, y algunos artistas están utilizando esta característica para crear esculturas olfativas que transforman la experiencia artística.

Al coleccionar arte olfativo, estamos añadiendo una nueva capa de significado a nuestro entorno. Un aroma puede convertir una habitación en una cápsula de memoria o generar una atmósfera única que afecta cómo nos sentimos en ese espacio. Este tipo de arte tiene un impacto emocional profundo, haciéndonos conscientes no solo de lo que vemos, sino de lo que percibimos en el aire.

Ejemplos:

  • Sissel Tolaas, una artista noruega, ha trabajado con olores para crear «paisajes olfativos» que exploran cómo los aromas influyen en nuestra percepción del espacio y de los recuerdos.
  • Anicka Yi, en su trabajo «Life Is Cheap», utilizó bacterias y olores para cuestionar las fronteras entre la biología y la tecnología, llevando al espectador a una experiencia sensorial completamente inmersiva.

3. Escuchar el Espacio: El Arte Sonoro

El arte también puede ser auditivo, desafiando la noción de que las artes visuales solo deben ser vistas. Las instalaciones sonoras transforman el espacio con el poder del sonido, haciéndonos conscientes de las vibraciones y la resonancia del entorno. Al integrar el sonido en una colección de arte, creamos espacios que no solo se contemplan con los ojos, sino que también se escuchan, envolviendo al espectador en una atmósfera inmersiva.

El arte sonoro puede hacer que un espacio cobre vida de formas inesperadas. Desde el murmullo sutil de un paisaje sonoro hasta una composición abstracta que llena la sala, el sonido puede evocar emociones complejas y crear una experiencia tridimensional que va mucho más allá de lo visual.

Ejemplos:

  • Janet Cardiff, una artista canadiense, ha creado instalaciones sonoras que llevan a los oyentes a «paseos sonoros», guiándolos a través de un espacio con sonidos inmersivos y grabaciones binaurales.
  • Susan Philipsz, ganadora del Premio Turner, ha trabajado con el sonido de la voz humana, creando instalaciones donde el eco y la reverberación del sonido llenan espacios arquitectónicos.

4. El Arte Multisensorial y la Transformación del Espacio

Una obra que involucra más de un sentido puede transformar por completo el espacio en el que se encuentra. Mientras que una pintura tradicional se limita a las paredes, una pieza multisensorial expande su influencia, llenando la habitación con su presencia de formas más dinámicas. El espacio ya no es solo un lugar donde se cuelga arte, sino un ambiente vivo y envolvente.

Imagina entrar en una habitación donde el aire está impregnado de un aroma evocador, donde las texturas invitan a ser tocadas y el sonido llena los rincones de la estancia. Cada paso que das es parte de una coreografía sensorial en la que te ves inmerso. El coleccionismo multisensorial no es solo una cuestión de poseer arte; es una invitación a transformar tu hogar en un lugar donde los sentidos se activan, donde el arte se vive y no solo se observa.

5. Coleccionar para Sentir

Incorporar obras de arte que activan los sentidos no solo añade profundidad a tu colección, sino que te ofrece una nueva manera de conectar con el mundo. Ya no eres simplemente un espectador que contempla desde la distancia; ahora te conviertes en parte activa de la obra. Tocando, oliendo, escuchando, percibiendo la vibración de lo que te rodea.

Al coleccionar este tipo de arte, también estás invitando a los demás a participar en esta experiencia sensorial. Tus invitados ya no solo mirarán las paredes de tu hogar, sino que se verán envueltos en una atmósfera cuidadosamente creada que afecta todos sus sentidos. En este tipo de coleccionismo, la interacción es la clave.

Ejemplo:

  • Olafur Eliasson, conocido por sus instalaciones multisensoriales, invita al público a interactuar con sus obras a través de la luz, el agua y el sonido, haciendo del arte una experiencia participativa.

Conclusión: El Futuro del Coleccionismo Multisensorial

El arte multisensorial está expandiendo las fronteras de lo que significa coleccionar arte. Ya no se trata solo de observar una obra desde una distancia segura, sino de vivir el arte con todo el cuerpo. Este enfoque más inmersivo transforma la relación entre el espectador y el arte, invitándonos a experimentar el espacio de una manera completamente nueva.

Al coleccionar obras que involucren todos los sentidos, no solo estás creando una galería personal, sino un espacio de exploración emocional y física. Y en esa transformación del hogar, cada obra se convierte en una invitación para sentir más profundamente lo que el mundo del arte tiene para ofrecer.

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